Científico argentino lidera equipo que creó modelo de embrión humano, en Australia

Monash University Scientists created a model of human embryos from skin cells.

El profesor argentino José Polo (al centro) y dos miembros de su equipo de investigación, Jia Tan, (izquierda) y Dr. Xiaodong Liu (derecha). Source: Monash Universtiy

Un equipo de investigadores liderados por el bioquímico argentino José Polo, en Australia, ha logrado crear un modelo artificial de embrión humano que puede ayudar a desvelar la "caja negra" de las primeras etapas del desarrollo humano y promover la investigación sobre abortos espontáneos y malformaciones físicas en fetos.


Los investigadores, cuyos trabajos se publicaron recientemente en la revista Nature, encontraron el método para producir en laboratorio un blastocisto o “blastoide”, que es como se conoce a la primera fase del embrión, unos diez días después de la fecundación del óvulo.

El equipo internacional, dirigido por investigadores de la Universidad de Monash (Melbourne), logró reprogramar células de la piel para convertirlas en estructuras tridimensionales parecidas a las primeras etapas de los embriones humanos.

Esta esfera de alrededor de 200 células ya tiene una estructura celular compleja (una capa de células externas -la futura placenta- que rodea una cavidad llena de líquido que contiene una masa de células embrionarias).


Puntos destacados:

  • Científicos en Australia reprogramaron células de la piel para convertirlas en estructuras similares a las de los embriones humanos, en fase inicial.
  • El Bioquímico argentino José Polo dirigió el equipo en la Universidad de Monash.
  • El avance ayudará a la investigación de la infertilidad, los abortos y las enfermedades congénitas.
  • Los investigadores dicen que los embriones no se desarrollarían más allá de 10 u 11 días en un laboratorio.

SBS Spanish entrevistó al profesor José Polo, quien explica que dichos modelos, llamados "blastoides", que no pueden seguir su desarrollo como embriones naturales, podrían ayudar a comprender eventos que ocurren al inicio del desarrollo embrionario como la interrupción espontánea de embarazo o las malformaciones favorecidas por ciertos medicamentos o contaminantes.

Estos trabajos se producen en momentos en que están en elaboración nuevas recomendaciones éticas sobre la investigación con embriones.

Actualmente, la investigación sobre las primeras etapas del desarrollo depende de la donación de embriones concebidos en el marco de tratamientos con FIV (fecundación in vitro). Pero estas donaciones son pocas y están sujetas a muchas restricciones.

Poder producir "a gran escala" esos modelos embrionarios "revolucionará nuestra comprensión de las primeras etadas del desarrollo humano", consideró Polo. 

Células que "se hablan" 

Hasta ahora, la creación de blastocistos en el laboratorio sólo se había llevado a cabo en animales: en 2018, investigadores holandeses lograron producirlos a partir de células madre de ratón.

Para hacerlo con humanos, equipos de investigadores tanto en Australia como Estados Unidos, adelantaron el estudio usando métodos diferentes.

El equipo estadounidense, dirigido por Jun Wu, en la universidad de Texas,  usó células madre derivadas de embriones humanos y células pluripotentes inducidas (células madre producidas en el laboratorio a partir de células adultas).

El equipo de José Polo, en la Universidad de Monash en Australia, realizó el estudio con células de piel adultas.
Ambos lograron el mismo resultado: las células se organizaron gradualmente para reproducir las tres estructuras que componen los blastocistos humanos.

"Lo que nos sorprendió es que cuando las juntamos, se autoorganizan, parecen hablarse, de alguna manera... luego se amalgaman", detalló Polo.

Sin embargo, los blastoides obtenidos por ambos equipos difieren de los blastocistos naturales: contienen células de tipo indeterminado y no figuran ciertos elementos que provienen específicamente de la interacción entre el óvulo y el espermatozoide.

Polo insistió en el hecho de que esos modelos de laboratorios no son embriones propiamente dichos y no son capaces de seguir su desarrollo.
Obviamente no es un embrión, es sólo un modelo.
Por precaución, los científicos terminaron el experimento cuatro días después de la puesta en cultivo de blastoides, el equivalente a alrededor de 10 días de desarrollo en el caso de una fecundación normal.

“Tenemos la esperanza de que los cientificos que estudian las enfermedades y problemas en el inicio del embarazo, puedan utilizar estos modelos para avanzar estos estudios”, dijo.

“Ahora que tenemos un modelo más complejo, ojalá nos ayude a ver mejor qué es lo que está pasando”, concluyó el científico argentino.

Escucha la entrevista completa pulsando arriba, en la imagen principal.


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